Estábamos En aquella calle; siguiendo a nuestra guía; Todos admirados con la belleza y el colorido de los Paraguas que adornaban el cielo; ninguno se había percatado de las dos personas nativas que nos daban la bienvenida a aquel lugar; esos rostros que estaban llenos de historias, que sin duda nos daban una señal clara de que íbamos a entrar a un espacio lleno de colombianidad; el lugar era una mezcla un poco alocada que parecía haber salido de una película de espías de las viejas. Entramos por un salón que era una panadería con muchos amasijos colombianos; el panadero, un viejo de barba blanca y cabello alocado; nos miraba mientras pasábamos frente a él con una sonrisa que transmitía tranquilidad; mientras parecía querer mostrarnos su pan fresco que acababa de hornear; yo me apresuré para sentarme, pero la guía me dijo: 

—No, está no es la parte donde nos sentaremos. 

Nos hizo seguirla por entre las vitrinas que rodeaban la cocina y por un pasillo estrecho hasta una puerta que al abrirla nos transportó de inmediato a otra parte, estabamos en alguno de los tantos y pintorescos pueblos del Tolima un departamento de Colombia, lejos de aquella ciudad de 10 millones de habitantes que es Bogotá. 

—Team este es uno de esos pedazos de Colombia que solo pueden ver al estar en the best tour in Bogotá. —dijo Ivone nuestra guía sonriendo— 

Mientras nos acercábamos a nuestro lugar, Podíamos ver los Jeeps willys que transportaban el café, también la vieja rockola que sonaba música tradicional para la gente que tomaba tinto o cerveza.  

Nos sentamos en una mesa circular, todos alrededor y la guía de pie; un señor alto y delgado se acercaba a nosotros con una bandeja con dos como balones hechos de algún tipo de material vegetal; la guía Ivone no demoró en presentarnos a nuestro anfitrión; el mismo por el cual este rincón que solo un colombiano podría conocer en la gran ciudad que es Bogotá se llamaba: Donde el flaco. Es que según nuestra guía en Bogotá era muy común tener este tipo de resto panadería tradicional; don Fredy como en realidad se llamaba el flaco; nos mostró el tamal, señalando con una de sus manos la bandeja. Ivone tomó uno de los envueltos y lo llevó al centro de la mesa con un plato; allí empezó la magia; suavemente fue quitando el hilo con que estaban amarradas las hojas que cubrían de manera circular la comida secreta; eran varias capas de hoja de platano nos comentaba la guía mientras lo habría; nos explicaba también mientras el vapor salía desde adentro de las bolas; que estas eran especiales, pues al cocinarse con vapor por horas impregnaban el tamal con un sabor único y además en los tiempos antiguos, en la época que no había plástico; nuestros ancestros dijo Ivone; solían transportar su comida amarradola a sus ropajes envuelta en estas hojas. Cuando nos dimos cuenta una figura redondeada hecha de harina de maíz y arroz se podía ver y con un tenedor suavemente la guía abrió la masa, adentro se encontraban los ingredientes; zanahoria, arveja y pollo, el olor era increíble, ya todos moríamos por probar, en ese instante la guía nos pasó unas cucharas y dijo: 

—A comer muchachos, no hablemos tanto y a comer carbohidratos; este plato está lleno de energías para que puedan caminar tranquilamente por todas las subidas de la ciudad, thats The best things to do in bogota. 

Por. Fredy Calderon