Estábamos a 180 mts bajo tierra, en el tour a la catedral de sal de zipaquira, frente a esta sorprendente escultura, algo que no había visto nunca antes, una cruz, la más grande del mundo tallada en sal, de 16 metros de altura y 10 de ancho; con los colores hermosos y la iluminación perfecta que le daba un toque de elegancia al lugar; la catedral de sal de zipaquira, jamás me imaginé que una mezcla de cruces de sal y luces por todos lados; se convertirían en una de las experiencias más sorprendentes que había hecho en mi vida, cuando Daniel nuestro guía nos explicó de qué estaba hecha aquella cruz gigantesca me sonreí; no lo podía creer.
El olor particular del Lugar, los socavones inmensos; el recorrido del viacrucis, el domo y la nave central de la iglesia subtertania; me recordaron que el mundo está lleno de sorpresas asombrosas y que con mucha creatividad algo tan vanal como una mina de sal que había sido trabajada duramente por los mineros lugareños y religiosos; puede trascender y convertirse en una maravilla.
—¡La primera maravilla de Colombia!— nos dijo el guía al llegar—
Por. Fredy calderon.
