Aquella flor de color amarillo en forma de trompeta me 

Parecía haberla visto en alguna parte; le pregunté de inmediato al guía Luis si se trataba de la flor ancestral de los dioses muiscas del sueño; pude ver su sorpresa al ver que ya yo la conocía.  

—claro que sí el floripondio borrachero o tijiki —me respondió Luis— 

—¿Cómo sabes de esto? —me preguntó sonriendo— 

—Estuve en otro tour por Bogotá con ustedes en el tour a la cascada más alta de Colombia la chorrera y la guía Marcela me comentó sobre este. —le contesté— 

—Sigamos mi gente aún tenemos mucho por descubrir! —Nos dijo nuestro guía— 

La subida había sido impactante y también experimenté el cambio brusco y acelerado de altura con el tapar y destapar de mis oídos; pasar de 2600mts sobre el nivel del mar a 3200 como nos explicó Luis en menos de 10?  Minutos en el funicular era una experiencia única y una vista maravillosa, pero un cambio que nuestro cuerpo ya nos hacía sentir ahora al caminar con un oxigeno más difícil de absorber. 

Nunca he sido muy religioso y había bebido a Monserrate más que nada para tener una vista excelente para culmunar con broche de oro las fotos de mi viaje por Bogotá y sus alrededores; pero al ver esta iglesia y conocer su historia, cuál fue mi asombro al enterarme de la antigüedad de la misma e irme imaginando con cada descripción lo difícil y titánico del esfuerzo en esa época para su construcción. Me enamoré de la arquitectura y de la mezcla del bosque alto andino con la religión en el corazón de la gran Bogotá de más de 10 millones de habitantes; paseamos también por el pasillo de las artesanías y las comidas típicas,  me encontre de frente con el señor de Monserrate, la virgen negra quien daba su nombre al santuario; pero el Jesús mendigo acostado en una banca cualquiera, que había sido elaborado por un artista canadiense Timothy schmalz su realidad y naturaleza; que nos mostraba a Jesús el que pagó por todos, el  que esta en todos, desde los más terrenales hasta los que como yo no creen,  fue lo que terminó por hacerme enamorar más de aquel lugar tan especial.  

Por. Fredy  Calderón