Este cuento es una ficción inspirada en la experiencia de caminar sin planes por Bogotá —un recorrido que podrías vivir tú mismo en un food tour por Bogotá que conecta cultura y sabor.
Aún no lo sabes… pero la mejor forma que tienes para conocer de verdad una ciudad cuando cuentas solo con unos pocos días— está ocurriendo aquí y ahora.
Durante tus primeras horas en Bogotá, una agenda improvisada te deja esta mañana libre y sin planes. Estás frente a la recepcionista de un hostal que encontraste por internet justo después de aterrizar. El hotel que tenías reservado cancela sin previo aviso por sobreventa. Pero gracias a la tecnología estás aquí —y escuchas atentamente las opciones para el día.
2 La que más te llama la atención es esa: la que promete mostrarte la mejor forma de conocer una ciudad.
Tal como lo dice Camila, la recepcionista del Cranky Croc Hostel, sales con un grupo de cinco viajeros de diferentes nacionalidades y tu guía, quien sin dudarlo afirma que Bogotá es como un libro vivo y cambiante, lleno de historias que se reescriben en las calles y con la gente que no deja de ir y venir.
Las montañas marcan la pausa —dice el guía, señalando hacia Monserrate—, y el arte callejero aparece en casi todas las cuadras antes de llegar al mercado local.
Allí, en una caseta restaurante, te encuentras con un plato desconocido para ti y los demás turistas. Un nombre sonoro despierta intriga: lechona, dice el guía.
“Tiene raíces indígenas, de los padres y madres de estas tierras”, comenta Cristian, tu guía. Es de la región vecina, el Tolima. “Aunque más del centro del país, cerquita de aquí.”
Luego explica cómo la cultura española de la colonia la adopta y aporta lo suyo. Hoy, ese plato representa a la Colombia actual. Aunque es típico del Tolima o del Huila, se come en Bogotá los fines de semana. Y para mí —dice Cristian— que como buen colombiano soy amante del fútbol, es el plato emblemático de los estadios. Lo disfruto cada vez que voy al Campín a ver a mi equipo del alma.
3 Mientras saboreas el plato, te imaginas en ese estadio, saltando con el pequeño recipiente lleno de cuero de cerdo, arvejas, arroz y carne. Pintoresco, sí. Pero ahora, impactado al observar ese cerdo gigante —relleno con su propia carne y listo para alimentar a decenas de personas que visitan el lugar—, vuelves al mercado.
Al observarlo, te vienen a la mente esas recetas de castillos europeos —el cerdo con la manzana en la boca. Y comienzas a saborear, en este food tour por Bogotá, la mezcla sazonada que define a Colombia.
Empiezas a entender que Bogotá es ese líquido espeso que contiene un poco de todos los sabores, liberados por los ingredientes que son cada ciudad y subcultura colombiana que convergen en la capital.
Y allí parado, lo comprendes: estás en el lugar correcto. Y que fácil —aunque a veces no tanto— has chocado de frente con la cultura y la magia de Colombia… en la nevera, como los colombianos llaman a su capital.
Comienzas a saborear, en este food tour por Bogotá, la mezcla sazonada que define a Colombia. Este recorrido culinario te invita a explorar sabores auténticos mientras caminas por mercados locales, descubriendo ingredientes que cuentan historias.
POR: FREDY CALDERÓN
